Dios Padre, Tú que eres el poder y la bondad, da fuerzas a los que están pasando por una prueba, da luz a los que buscan la verdad, pon en el corazón del hombre la compasión y la caridad.
Dios, da al viajero la estrella guía, al paciente el reposo y al que sufre el consuelo.
Padre, da el arrepentimiento al culpable, al espíritu la verdad, al niño el guía, el padre al huérfano.
Señor, que tu voluntad se extienda sobre todo lo que has creado. Piedad, Señor, para aquellos que no te conocen y esperanza para aquellos que sufren.
Que tu bondad permita que los Espíritus consoladores extiendan por todas partes la esperanza y la fe.
Dios, un rayo, una centella de tu amor puede iluminar la Tierra. Déjanos beber de la fuente de tu infinita bondad y todas las lágrimas se secarán, todo el dolor desaparecerá. Un solo corazón, un solo pensamiento se elevará a Ti como un grito de gratitud y amor.
Al igual que Moisés sobre la montaña, te esperamos con los brazos abiertos. Oh bondad, Oh belleza, Oh perfección, deseamos de alguna manera merecer tu misericordia.
Dios, danos la fuerza para atravesar las pruebas, ayudanos a progresar a fin de que podamos elevarnos a Ti.
Danos caridad y humildad.
Danos fe y razón.
Danos la sencillez que hará de nuestras almas el espejo donde se reflejará tu dulce y divina imagen.
Amén.
(La oración fue dictada por el Espíritu denominado Cáritas, psicografiada en la noche de Navidad de 1873 por la médium Madame W. Krell del grupo espírita Comera en Bordeaux, Francia, y publicada en 'Rayonnements de la Vie Spirituelle)
